Adam Grant a los emprendedores: es tiempo de reconsiderar las “mejores prácticas”

Adam Grant a los emprendedores: es tiempo de reconsiderar las “mejores prácticas”

Aunque es positivo que las mejores prácticas estén arraigadas en su organización, también pueden limitar el potencial de su empresa.

POR MELISSA ANGELL

No hay nadie que no piense en cómo será el trabajo en el futuro y a qué nuevas herramientas recurrirán las empresas. En cambio, pocos piensan en las herramientas y las estrategias que se dejarán de utilizar.

Adam Grant espera que el concepto de “mejores prácticas” esté en la lista. El término acuñado para referirse a los métodos preferidos de realización de una tarea o procedimiento específico puede ser una limitante, explica el psicólogo organizacional, que estuvo en una charla en la conferencia American Express Business Class Live a principios del mes.

Desde el momento en que una organización califica una práctica de “mejor”, está creando la ilusión de haber llegado al extremo y que no hay nada más que se pueda hacer, apuntala Grant. El autor estrella manifestó su preocupación por que el uso de este término lleve a las personas a dejar de tratar de mejorar su propia práctica.

“Lo que me preocupa es que muchas de nuestras mejores prácticas fueron diseñadas para un mundo que ya no existe” profundiza Grant. “Y conforme el panorama laboral se vuelve más dinámico, más inestable y menos predecible, en vez de apegarnos a nuestras viejas mejores prácticas, tenemos la necesidad de no dejar nunca de buscar mejores prácticas”.

Por ejemplo, Grant se sorprende de ver que pocas organizaciones sustituyen la lluvia de ideas en grupo por la redacción individual de ideas en papel. Hay investigaciones que demuestran que los grupos de tormenta de ideas tienden a producir menos ideas que son menos novedosas en comparación con aquellas que surgen de reflexión en solitario.

Cuando se reúnen los grupos, muchos tienen miedo a ser juzgados o a bloquear la producción, lo que puede conllevar a un pensamiento convergente en vez de una reflexión divergente. Por ello, dicho de otro modo, en la primera situación, las personas suelen respaldar una sola idea, mientras que en la última, múltiples ideas suelen florecer. Es un problema que se agrava para quienes carecen de poder o de estatus dentro de las reuniones, ya sea porque es la persona con menos experiencia de la sala, la única mujer o persona de color, o porque es una persona introvertida en medio de extrovertidos.

“La solución alternativa, según esta investigación, consiste básicamente en darle a las personas el problema o la decisión por adelantado, dejarles escribir en papel sus ideas y cosecharlas para tener más y mejores ideas de esta manera, para después someterlas a la sabiduría general para que las evalúen y las perfeccionen”, concluyó Grant.

Este artículo, traducido por Benjamin Aguilar-Laguierce, se publicó originalmente en inglés en el portal Inc.com

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